- Mucho se ha hablado o especulado sobre lo que
es la depresión. Si bien es cierto que la depresión es un trastorno mental que afecta a millones de
personas en el mundo, también es cierto que muchas veces no se le da la
importancia necesaria. La depresión es un estado donde la persona comienza a sentir o manifestar ciertas alteraciones tales como: tristeza, irritabilidad, decaimiento,
apatía pérdida del apetito, encierro,
desinterés por todo, deseos de morir, llanto, agresividad,
insomnio, ansiedad, falta de concentración, angustia, aislamiento,
desaseo personal, poca o nula concentración en lo que hace, poca
o nula comunicación con otras personas,bajo rendimiento en lo que hace, etc. Es
decir la depresión es ese cúmulo de sentimientos o malestar que está dentro de una persona y que muchas veces no sabe como canalizarlo.
En muchos casos la depresión trae
como consecuencias: muerte, suicidio, aislamiento, hospitalización, insomnio, alcoholismo, drogas, entre otras.
Pero para poder analizar lo que el ser humano siente, es necesario
partir de ese concepto: ¿Qué es el ser humano? ¿Quiénes somos? En este sentido podemos definir a la persona
como un ser bio psico social espiritual cultural.
Cuando decimos que el ser humano
es un ser “bio” desde la parte biológica porque nosotros somos seres de carne y
hueso que tenemos órganos que componen
la totalidad del cuerpo: brazos, corazón,
riñones, ojos, garganta, cerebro,
etc.,
todo lo que conforman un ser humano en la parte biológica, física.
Seres “psico” es decir, psicológicos.
En este sentido está inmerso todo lo que conforma nuestros pensamientos,
nuestros recuerdos, todo lo que almacena nuestro cerebro, nuestras alegrías,
tristezas, traumas, vivencias, angustias, etc.
Seres “sociales”. Para poder ser
sociales, obligatoriamente necesitamos interactuar con otra persona.
Necesitamos la compañía, afecto, comunicación de otros seres humanos. No
podemos vivir si no estamos inmersos dentro una sociedad, necesitamos del
aporte de los demás, independientemente de que sea positivo o negativo. Todo
ayuda a crecer. Necesitamos los bienes
o servicios que otros producen, la compañía, el afecto y la comunicación con
otros. La soledad mata lentamente las ilusiones, la motivación, conlleva a la
tristeza y hace que se terminen los
deseos de vivir. Definitivamente el ser
humano nació para ser un ser social no para ser un ser aislado.
Somos seres “espirituales”. Todas
las personas, hasta el más escéptico, en el fondo de su corazón, siempre cree
en la existencia de un ser superior que rige el mundo y es omnipresente y todopoderoso.
Todos creemos que el complemento de la vida, es lo espiritual y que ese ser
superior rige nuestros destinos y nos fortalece en momentos críticos de
nuestras vidas.
Seres “culturales”. La cultura es
todo lo que el hombre hace. Todas las costumbres y acciones que realiza de
acuerdo a su aprendizaje. Desde el ámbito familiar y en todo el entorno donde
se desenvuelve. Todas esas prácticas cultuales, le resultan necesarias para
mantenerse en armonía.
Cada una de las áreas que
conforman al ser humano deben funcionar en armonía. Cuando una de ellas se
desequilibra, pueden aparecer cuadros depresivos leves o profundos. En razón de
lo anterior, quisiera mencionar algunos ejemplos:
En el caso de la aparición de
alguna enfermedad (área biológica). Cuando las personas se enferman, comienzan a sentir
tristeza y fatalismo, pensando que es el fin.
Los pensamientos se concentran en imaginar situaciones donde la salud
empeora y se involucra allí el área psicológica porque pueden producirse
estados de pánico, angustia, diferentes emociones y todo lo que nuestro cerebro es capaz de
producir. En este tipo de situaciones
también entra en juego el área espiritual porque la persona se siente
abandonada o “castigada” por el Dios en el cual cree. Puede también entrar en
juego el área social porque no puede salir a interrelacionarse con otros y en
caso de no recibir visitas, asume que esta solo o sola, sin el apoyo afectivo de quienes aprecia y
culturalmente puede comenzar a practicar otro estilo de vida, al cual
posiblemente le cuesta acostumbrarse.
Con el ejemplo anterior solo
pretendo reseñar el hecho de cómo cada área que compone al ser humano está
interrelacionada y conforma una totalidad. De esta manera se puede entender
como la depresión afecta en su totalidad a las personas. Pero no solamente con
el ejemplo anterior, en lo relacionado a lo biológico o físico. También pudiera
decir por ejemplo un desequilibrio producido por aspectos sociales: el cambio
de residencia donde había permanecido por años. Surge tristeza, desanimo,
pensar que pierde afecto de personas cercanas
de su entorno. O tal vez en el
caso de un luto, en algunos casos puede pensarse que es un castigo del Dios en
quien se cree o que ese Dios no escucha las suplicas y por eso se lleva de nuestro
lado a los seres queridos. Podemos entonces mencionar varias situaciones que
pueden desequilibrar al ser biopsicosocialespiritualcultural que somos.
Nuestro cerebro es una máquina
perfecta, donde nosotros almacenamos nuestros recuerdos, todas nuestras
vivencias, palabras, acontecimientos. Todo aquello positivo o negativo que nos
toca en la vida. Todo queda guardado en el cerebro. Es por eso que las palabras
agradables, las palabras bonitas, van a representar a lo largo de nuestra vida
nuestra fortaleza, el afecto que otra persona nos demuestre. Por el contrario, aquellas palabras denigrantes
feas que provienen de nuestros seres queridos, especialmente de mama o de papá,
quedan también almacenadas en nuestro cerebro y constituyen como un bloqueo que
no nos permite avanzar muchas veces porque eso representa la parte oscura de
nuestras vidas y nos hacen caer en depresión.
ALGUNAS CAUSAS DE LA DEPRESIÓN:
- Ø Enfermedades
- Ø Luto
- Ø Separación
- Ø Discriminación
- Ø Desempleo
- Ø Cambio
de residencia
- Ø Violación
- Ø Traiciones
- Ø Decepciones
- Ø Soledad
COMO PREVENIR O COMBATIR LA
DEPRESIÓN
:
Indudablemente es necesario
atacar radicalmente todo lo que nos perturbe para evitar llegar a cuadros depresivos que podamos lamentar. Estamos
conscientes que generalmente la depresión se combate con medicamentos y a
través de especialistas como psicólogos o psiquiatras, pero también debemos
recordar que cada persona posee su propio potencial interno que, en caso de
activarlo, puede lograr grandes avances. En este sentido, lo principal es hacer
lo posible por fortalecer el “yo” interno. No dependiendo de otros, porque
cuando buscamos un bastón humano para
caminar por la vida, puede darse el caso de que ese bastón nos falle y nos
veamos inmersos en un abismo, baleando.
ü Lo
primero es traer al presente el recuerdo de un momento bonito de nuestras
vidas. Tal vez una celebración, cumpleaños, matrimonio, nacimiento de un ser
querido, un paseo, una graduación, etc. Cuando llegue el momento de la
depresión o tristeza, enfocar el pensamiento en ese recuerdo agradable y de esa
manera estaremos restándole fuerza a pensamientos o situaciones turbias en
nuestras vidas.
ü Evitar
el encierro y comenzar a conocer el entorno. Disfrutar de esa naturaleza que
tenemos cercana, contemplar los árboles,
el cielo, parque, el mar, etc.
ü Practicar
algún deporte. Ejercicio o salir a caminar. La vida sedentaria ocasiona más dificultades
en la salud. Cuerpo sano, mente sana.
ü Mantener
hábitos de lectura, escuchar música, ver algún programa o película cómica o con
mensaje positivo.
ü Ampliar
el círculo de amistades o retomar la comunicación con antiguas amigos, dejados
aun lado por diversas circunstancias.
ü Participar
en movimientos ecológicos, religiosos, culturales, deportivos, recreativos.
ü Rodearse
de gente positiva, que hable de proyectos
y de mejoras, de prosperidad y progreso.
ü Auto
motivarse a través de palabras positivas, que resalten nuestros atributos como
seres humanos.
ü Procurar
no vivir de situaciones del pasado,
situaciones que nos han provocado traumas, atrasos y que no aportan nada
positivo a la vida.
ü Aplicar
técnicas de inteligencia emocional y de programación neurolingüística. Programar
los pensamientos y emociones a favor de uno mismo.
ü Rodearse de gente alegre, optimista que no se
queja por todo lo que sucede, sino que en todo encuentre una oportunidad para
sonreír y superarse.
ü Diseñar
uno o varios proyectos de vida, colocarse metas y objetivos realizables o
alcanzables, manteniendo de esta manera una motivación y la mente ocupada.